






La disputa por el control de las islas Malvinas, Georgia y Sandwich del Sur, situadas a 400 km de la costa argentina y bajo dominio británico, lleva a Argentina y el Reino Unido a la "Guerra de las Malvinas".
Argentina da inicio al conflicto, ocupando militarmente las islas el 2 de abril: la invasión es considerada una tentativa del general Leopoldo Galtieri de unir la nación en relación a una causa externa y desviar la atención de crisis económica y política del país.
Tres días después de la invasión, el gobierno británico moviliza la marina y la fuerza aérea y obtiene el apoyo diplomático y militar de los EUA. Los Estados vecinos de Argentina permanecen neutros.
Las tropas argentinas se rinden el 14 de junio. El país reivindica los derechos sobre la isla hasta 1990, cuando las dos naciones reanudan relaciones diplomáticas.El 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos esperaban: Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. Designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el futuro gobierno con igual participación. Comenzó el audodenominado "Proceso de Reorganización Nacional".
José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y, el 2 de abril, anunció su plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras.
La gestión de Martínez de Hoz, en el contexto de la dictadura en que se desenvolvió, fue totalmente coherente con los objetivos que los militares se propusieron.
Durante este período, la deuda empresaria y las deudas externas pública y privada se duplicaron. La deuda privada pronto se estatizó, cercenando aún más la capacidad de regulación estatal.
Con ese clima económico, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente. Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y "desaparecieron". Mientras tanto, mucha gente se exilió.